lunes, 28 de mayo de 2012

Rarezas

Ya no hablan, simplemente gritan para que cada una de sus voces sea la que más se escuche. Solo se oye ruido. Letras desordenadas ocupando los espacios vacíos de mi cabeza. Me dicen todo pero no entiendo nada. Escribo en las paredes intentando descifrarlas, aunque nada sirve. Desagarro mi ropa, quemo las sábanas, rompo puertas y ventanas, me destrozo las manos en cada sílaba. Me enciendo y mis entrañas arden, se consumen. Mi locura se extiende y nada la frena. Se apodera de mí, me viola. Mis pensamientos sangran. Y me repite una y otra vez: 'Todo muere, todo se desvanece'.