Demonios de la noche

Aún recuerdo la noche que nos conocimos. Yo iba borracha y tú en camino de ello. Hablamos de todo un poco y la noche se nos escapó como un suspiro. Me encantaste desde el primer segundo.

Me pasaste tu movil justo antes de irte. Viniste me diste dos besos, me metiste un papelito en el bolsillo trasero de mis vaqueros y me guiñaste un ojo. No soltaste ni una palabra, pero me lo dijiste todo con tu mirada. De vuelta a casa no paraba de pensar en tí. Deseaba volver a verte, te hechaba de menos y eso que nos conocíamos de unas horas.

A la tarde del día siguiente me desperté con la mayor resaca de mi vida. Mientras andaba tropezandome con las paredes dirección al baño, intenté recordar la noche anterior.

Pensé: -Miraré la cámara, seguro que anoche no paré de hacer fotos.

-Efectivamente mi tarjeta estaba ocupada por vídeos e imágenes de gente bailando, bebiendo y ... ¿¡FOLLANDO!?
¿Pero que pasó ayer? ¿quienes son los protagonistas de estas fotos?

Mi rostro se quedó pálido. Mi mirada, perdida. Esas dos personas desatando la pasión en el baño de un bar eramos la chica de ayer y yo...

- Ya decía yo que tanta agujeta no era normal.

Comencé a pasar las fotos rápidamente. Había cientos de ellas, como si nos hubiesemos pasado así todas las horas que estuvimos juntas.
Llame a los amigos con los que salí preguntándoles sobre aquella chica que conocí, pero nadie sabía nada de ella. Coincidencias de la vida recordé en ese momento lo del papel en el bolsillo. Corrí hacia los pantalones que estaban en el baño colgando de la ducha.

-¿Que cojones hacían ahÍ? Bueno eso ahora no importa.

Metí la mano y ahí estaba. Todo arrugado, con alguna mancha extraña que no me apetecía analizar. Lo abrí con impaciencia. Y por fin misterio resuelto. Ella era Monique.

FIN PRIMERA PARTE