viernes, 13 de noviembre de 2009

Recordándote

Me encontraba subiendo a la habitación, los cinco botellines de cerveza que me había tomado antes me estaban pasando factura y todo comenzaba a dar vueltas. Tengo los recuerdos un poco borrosos. Se que me quite los zapatos en la entrada y los tiré por ahí sin pensar en que podía romper alguno de los frágiles trastos de mi compañera de piso. Sé que ella no estaba porque cualquier mínimo ruido la despierta y eso conlleva una monumental bronca. También recuerdo ir acompañada. Esa persona me ayudó a subir las escaleras como si fuese un bebé.

Todo lo demás es como si no lo hubiese vivido. No recuerdo el nombre de aquella persona, ni su cara, pelo o ropa. Solo recuerdo su voz. Suave, ni grave ni aguda, un tono perfecto para los oídos de cualquiera. De esas voces que estarías escuchando horas y horas sin dejar de atender. En mi vida me había sentido así y empecé a pensar en si estaría sintiendo algo por aquella maravillosa voz. ¿Es eso normal? No se nada de la persona dueña de esa voz pero siento algo.

¿Qué hago ahora? Miraré en mi movil para ver si tengo algún número nuevo o quizá algún mensaje.

...nada...no tengo nada...solo recuerdos que no dejan de dar vueltas en mi cabeza...esa voz...esa maldita voz... ¿por qué no desaparece?

Puede que esa persona tenga mi número y aún no se ha decidido a llamarme. No debo hacerme ilusiones, seguro que fui un rollo o polvo de una noche. Bah! He logrado sobrevivir hasta ahora sin lograr enamorarme y no voy a hacerlo ahora y menos de algo que ni siquiera es sólido.


Solo quería decirle, aunque no pueda leerme ni oírme, que siempre estarás en mi cabeza. En mi corazón estás pero, por decisión propia, será temporalmente.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Sábanas, piel y sudor


Sábado de nervios, pues ya tenía en mi cabeza lo que posteriormente ocurriría.
Conocerla de un día cualquiera de borrachera en el cuál acabó dándome de lado eran los únicos recuerdos de aquella chica a la cual conocería más "íntimamente", por llamarlo de alguna forma.
Mis deseos de dejar de lado los sentimientos y sentir otro cuerpo solo por su placer y el mío propio, todo más rudo, menos romántico. Sin compromisos. Vamos, el sexo de toda la vida. Algo que aquella chica ya había probado y a una edad muy temprana. Mientras que yo, me dejaba llevar por mi enamoradizo corazón, hasta que me salió la oportunidad de cambiar todo aquello y probar algo diferente.
Me gusta la idea de saber que fui quien tomó la iniciativa en su cama. La besé suavemente pero con pasión, como a mí me gusta y mientras, acariciaba su cuerpo, de arriba hasta abajo y notaba como ella se encendía poco a poco, su respiración se volvía más fuerte y su deseo de ser poseída por mis manos iba en aumento.
Cuando bajé hasta la "zona cero" mi cabeza dejó de pensar y me dejé llevar. Desaparecieron las emociones.
En verdad, es el mejor sexo que he tenido en mi vida. Quien sabe si repita dentro de poco. Si mi corazón me deja, claro.


ACLARACIÓN: Esto no es la realidad, para que una historia sosa guste, hay que decorarla un poco, así que no hace falta que me diga nadie que esto no fué así, porque soy lo bastante inteligente para saber que fue muy distinto. Por cierto, hay maneras y maneras de decir las cosas y no con esa actitud tan a la defensiva.